La autoridad para sostener la anterior afirmación no parte de tener los mejores equipos publicitarios ni los más eximios gurúes electoralistas, sino de 10 años de estar al lado de los necesitados. Han habido éxitos y fracasos pero el compromiso irrenunciable de no mentir, no robar y no usar al prójimo han hecho que seamos una fuerza homogénea que hoy se presenta como alternativa a un modelo viciado que atraviesa una gestión en particular y cuya raíz es la corrupción como valor fundamental a la hora de pensar la acción política. Somos oposición a ello y la coherencia mantenida en estos años es nuestro principal argumento.
Si bien es una diferencia tajante, creemos que la Argentina del siglo XXI debe repensar su lugar e el mundo y repensarse a sí misma en cómo encarar los problemas fundamentales que la atraviesan. ¿Qué significa esto? Hoy día el problema fundamental es que la pobreza es funcional a los poderes políticos de turno, agravado ésto por la pauperización de los servicios públicos, da como resultado una división social cada vez más profunda entre privilegiados y marginados, conjunto con una clase media cada vez más asfixiada. Si el modelo es un éxito, ¿cuántos pobres al 2003 han dejado de serlo?.
¿Este gobierno no ha hecho cosas buenas? Eso queda a consideración de cada uno, lo que sostenemos desde la juventud de la CC-ARI de San Fernando es que los problemas de raíz siguen desatendidos pues las nuevas generaciones siguen educándose en escuelas de baja calidad edilicia y en materia de contenidos, los espacios de contención del ciudadano (familia, escuela, Estado) siguen desarticulados, los servicios de salud siguen siendo ineficientes, el acceso a una vivienda digna sigue estando atada a una sujeción al puntero de turno, la clase media laburante sigue pagando la fiesta de los municipios, toda obra pública es sospechada de corrupción, cada vez vale menos la plata, los narcotraficantes son los barones de los barrios y la policía un socio de lujo en muchos casos. Si el modelo es exitoso ¿el éxito dónde está?.
La Argentina del siglo XXI debe pensarse con un esquema de protección efectiva a los sectores más vulnerables: los niños, los ancianos y las personas con capacidades especiales. Será política efectiva de Estado la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas, la "justicia para todos", la regionalización económica con capacidad de producción de alto valor agregado y mirando hacia América Latina, la erradicación de la pobreza marginal, la democratización efectiva de la actividad sindical y política, y el combate de la inseguridad con inclusión social y no con represión policial. La nueva división social no debe hacerse entre privilegiados y marginados sino entre corruptos y honestos.
Teniendo claras estas convicciones nos hemos presentado en 2003, 2007 y nos estamos presentando en estas elecciones porque estamos seguros que, aunque el rival es muy poderoso y se viste de diferentes ropajes, el rumbo es uno y sabemos cómo transitarlo. No es privilegio exclusivo de nuestra fuerza sin embargo, por ello llamamos a las personas honestas a aunar esfuerzos en pos del bien común, que no quiere decir solamente alianzas electoralistas sino trabajo cotidiano ante las necesidades de nuestros vecinos, ante cada urgencia debe haber uno de los nuestros dispuesto a ayudar. Estamos convencidos que la solidaridad desinteresada con el prójimo es el valor fundamental en el que se debe fundar la nueva cultura política argentina y en ello los jóvenes debemos tomar la posta para demostrar que es perfectamente posible.
Estas breves palabras son los lineamientos generales de porqué nosotros, los jóvenes de San Fernando en la CC-ARI, elegimos este proyecto en estas elecciones, en las venideras y como base para la acción cotidiana en los barrios. Por ello llamamos a los ciudadanos a votar por una nueva Argentina en estas elecciones y en las que vendrán.
